CENTRO DE ESTUDIOS EVOLIANOS
REPORTE DE LA AGENCIA KALI-YUGA 2ª QUINCENA DE NOVIEMBRE 2008
LA GUERRA DE CIVILIZACIONES TRAS LA VICTORIA DE OBAMA
Continuando con la labor cotidiana efectuada por nuestra Agencia de brindar una información veraz y diferente en relación a la guerra que hoy llevan a cabo la modernidad, cuya cabeza visible son los EEUU, pero que cuenta también con la colaboración de otros países como la Unión Europea, Rusia y China y la tradición, cuyos exponentes actuales son las dos expresiones del fundamentalismo islámico sunita (Al Qaeda y Talibán) y chiíta (lo que todavía queda de la revolución del Ayatollah Khomeini en Irán), pasamos a reseñar los últimos acontecimientos más significativos.
El triunfo de Obama ha representado, a diferencia de lo que sucedía con su antecesor George Bush, una puesta a tono de dicha guerra. Mientras que el tejano, al confiar excesivamente en el poder militar de su país, cometió errores tácticos de grandes dimensiones como la invasión a Irak, y de esta manera entró en conflicto con eventuales aliados, el negro tiene en cambio en claro cuál es el objetivo principal de esta contienda: abatir el fundamentalismo en los lugares en donde la guerra presenta mayores inconvenientes, tales como Afganistán y Pakistán y posiblemente agregue en estos días a Somalia en su lista. A tal respecto Obama ha priorizado expresamente la eliminación de Al Qaeda y la captura de Bin Laden. Por lo tanto en función de ello sus cambios serán buscar alianzas internacionales de mayor alcance para derrotar a tal organización convertida hoy en día en la figura emblemática de la revolución fundamentalista. Ello apuntará a lo siguiente
1) Profundizará la alianza con Rusia, que ya había efectuado secretamente Bush en la guerra de Georgia a través de un acuerdo estratégico militar en el cual, mientras que dicho país incrementará sus auxilios que incluirán hasta envíos de tropas a Afganistán y eventualmente Pakistán, a cambio de ello EEUU se comprometerá definitivamente a ayudarla en su lucha contra la rebelión islamista en su propio territorio en la zona caucásica, especialmente en las repúblicas de Chechenia, Ingushetia y Dagestán y de otras zonas menores en las cuales se ha proclamado el Emirato del Cáucaso. La invasión rusa a Osetia del Sur, ubicada en dicha región y que fuera apoyada secretamente por los norteamericanos, apunta a tal objetivo. Por ello EEUU ha abandonado a su aliado de Georgia en función de tal meta mayor que es la guerra contra el fundamentalismo.
2) Obama sabe también, por la experiencia de su predecesor, que para vencer en Afganistán debe resolver previamente la situación de Pakistán, país con bomba atómica a diferencia de Irán, que se encuentra en serio peligro de caer en manos del fundamentalismo. Por lo tanto se ha planteado expresamente invadirlo a diferencia de la política de Bush que simplemente acudía a acciones aisladas y selectivas en contra de objetivos talibanes. Para ello sabe que debe contar con el apoyo de Rusia y de China. Este último ha brindado apoyo al actual gobierno afgano, sin embargo este fin de semana el primer ministro británico Gordon Brown ha llegado a hablar de un envío de tropas de tal país a Afganistán y por lo tanto de una eventual participación en la invasión a Pakistán. Si bien China lo ha desmentido, no ha sido tajante en su definición. Recordemos de paso que este país tiene un conflicto interno con el fundamentalismo en su provincia de Turkestán.
3) Obama pues no es la negación de Bush, sino simplemente el intento de corrección de sus errores y el acopio de su experiencia militar. Como su predecesor ha comprobado que Europa es un aliado ineficaz militarmente, tal como lo ha demostrado en las dos guerras de Irak y Afganistán por lo que se recostará ahora en Rusia y China.
4) Pero hay otra carta que pretende jugar y es la de Irán. Este país ha demostrado ya abiertamente por su gobierno no ser lo mismo que el Ayatollah Khomeini. Mientras que éste calificaba a Norteamérica como el Gran Satán y ocupaba su embajada, Ahminajedad felicita a Obama por su triunfo. Esto estuvo precedido por las reuniones efectuadas por ambos gobiernos para pacificar Irak. Pero al parecer el Gran Satán y el Eje del Mal estarían ahora de acuerdo, más que con Bush, en la política a aplicar en Afganistán. Es de recordar que cuando el actual presidente Karzai, con el apoyo de varios gobernantes europeos, manifestó su intención de dialogar con el movimiento talibán, el único país que se opuso radicalmente a tal diálogo fue Irán que consideró en la misma ONU que no puede haber trato alguno con el terrorismo internacional. En esta actitud de endurecer la política hacia tal vertiente fundamentalista al parecer concuerdan Obama y Ahmadinejad. Por tal razón no sería de extrañar que en los próximos meses sucedan las siguientes cosas. La caída de Karzai y su sustitución por un gobernante no dispuesto a diálogo alguno con el talibán y -esto ya ha comenzado a implementarse- el retiro de tropas de Irak con la esperanza de que un régimen chiíta en tal país con el respaldo pleno de Irán pueda detener la rebelión de Al Qaeda.
5) A Obama le queda por definir la situación de Somalia ya que en estos últimos días la milicia quaedista de Al Shabab, de acuerdo a lo reconocido por el mismo presidente Yusuf, ha conquistado casi todo el país. Solamente quedan sin caer el palacio de gobierno en Mogadiscio y el parlamento en la ciudad de Baidoa, que son defendidos por las tropas de la Unión Africana. Recordemos que lo hecho en Somalia es parecido a lo acontecido en Irak. Antes gobernaban allí las moderadas Cortes Islámicas. Bush alentó desplazarlas a través de la invasión etíope. Luego de casi dos años de invasión, los etíopes han terminado huyendo del país, pero ahora ya no están más las moderadas Cortes, sino la milicia que responde a Al Qaeda. En Irak sucedió lo mismo: antes de la invasión estaba el régimen laico de Saddam Hussein y ahora está el Estado Islámico que responde a la misma organización.
Obama es pues un duro en materia de política internacional, como su antecesor demócrata Carter le infundirá un tinte más ideológico a las contiendas militares. Así como este último puso su acento en la destrucción de la URSS y apoyó así el crecimiento del fundamentalismo en la guerra de Afganistán sin medir las consecuencias posteriores de este hecho y de este modo ayudó a la aparición de un enemigo peor para los EEUU de lo que fuera el comunismo, Obama centrará su guerra en contra de aquella concepción. Lo ventajoso podrá ser ahora que de una guerra de naciones y de intereses como se planteaba con Bush y la idea que se nos quería inculcar de que se luchaba por el petróleo, nos encontremos abiertamente ahora en una guerra por concepciones del mundo, entre la moderna representada por los EEUU y los principales gobiernos que participan de la ONU y el tradicionalismo hoy representado por el fundamentalismo islámico, pero que podría llegar a incluir a otras manifestaciones religiosas, incluso en el espectro del catolicismo.
Queda pues abierta una gran expectativa pues los próximos acontecimientos de los meses siguientes serán sumamente decisivos en este proceso que fuera abierto un 11 de septiembre del 2001.
Walter Preziosi
Buenos Aires, 18/11/08
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