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Del mismo modo que en la famosa novela policial en donde todos los pasajeros de un tren eran por igual asesinos de una mismas víctima, aquí también en la situación de Egipto todos han estado de acuerdo de una manera u otra con el golpe de Estado en contra del gobierno legítimo de la Hermandad Musulmana.
EEUU y Europa porque Mursi no quiso derogar la Sharia y expulsar a los gobernadores simpatizantes de Al Qaeda.
Rusia, Irán, China y Siria porque apoyaba a los rebeldes en la guerra civil en este último país. Ahora, por lo que comentamos en esta nota de El País de Madrid, también los gobierno wahabitas de la península arábiga respaldan con plata al nuevo gobierno surgido del golpe del mismo modo que antes regatearon combustible para generarle a Mursi una crisis incontrolable. ¿No habrá llegado la hora de aceptar la realidad? Que el fundamentalismo islámico es una fuerza independiente y enemiga de todos los poderes del planeta.
Arabia Saudí y los Emiratos respaldan el golpe con ayudas por 6.650 millones
Ambos países tienen una arraigada animadversión hacia los Hermanos Musulmanes
ÁNGELES ESPINOSA Dubái 9 JUL 2013 - 21:13 CET
El ministro de Exteriores saudí, Saud Al Faisal (izq.), durante una reunión entre países del GOlfo y UE. / MAZEN MAHDI (EFE)
Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) han anunciado sendas ayudas a Egipto por importe de 5.000 y 3.000 millones de dólares (4.150 y 2.500 millones de euros, respectivamente). La medida supone un claro respaldo de esos ricos Estados petroleros al golpe de estado que ha acabado con el Gobierno de los Hermanos Musulmanes. Ambos países tienen una arraigada animadversión hacia los islamistas y enfriaron sus relaciones con El Cairo tras la elección del ahora depuesto Mohamed Morsi en junio de 2012.
“EAU ha ofrecido a Egipto una donación de 1.000 millones de dólares y un préstamo sin intereses por otros 2.000 millones, en forma de depósito en el Banco Central de Egipto”, según informó este martes la agencia oficial de noticias emiratí, WAM. El presidente de esa entidad viajó a Abu Dhabi el pasado domingo sin que se informara de su misión.
La noticia de la ayuda se ha conocido ahora, durante la visita al presidente provisional, Adli Mansur, de una delegación emiratí encabezada por el consejero de Seguridad Nacional, el jeque Hazza Bin Zayed al Nahyan, y de la que también formaban parte los ministros de Exteriores y de Energía.
Poco después, Arabia Saudí daba a conocer su propio paquete de asistencia que incluye otro depósito de 2.000 millones de dólares en el Banco Central, 2.000 millones más en productos energéticos y 1.000 millones en efectivo, según explicó el ministro de Finanzas, Ibrahim al Asaf, citado por Reuters.
Abu Dabi y Riad estuvieron entre los primeros Gobiernos que felicitaron a Egipto tras la intervención del Ejército para desalojar a Morsi. A diferencia de Catar, ambos Gobiernos desconfiaron de la primavera árabe y el impulso que dio a los islamistas.
Significativamente, la suma de ambas ayudas suma 8.000 millones de dólares, la misma cifra con la que Doha ha respaldado a Egipto durante los últimos dos años. Los gobernantes emiratíes y saudíes siempre han visto como una amenaza la ideología de los Hermanos Musulmanes, que llegó a sus países de la mano de profesores e ingenieros egipcios huyendo de la persecución de Náser entre los años cincuenta y sesenta del siglo pasado.
Fuentes del Ministerio egipcio de Petróleo también han asegurado que Emiratos ha enviado 30.000 toneladas de diésel vía el canal de Suez. El envío, el primero de varios prometidos, intenta aliviar las dificultades para su compra debido a la caída de sus reservas de divisas en estos dos últimos años.
Egipto gasta alrededor de 300 millones de dólares mensuales en importar derivados del petróleo que, como el resto de los productos energéticos, están subvencionados y suponen una sangría para el presupuesto nacional.
martes, 9 de julio de 2013
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