REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA
MUNDO MUSULMÁN: SE INICIÓ EL
VERANO FUNDAMENTALISTA
Tal como viene manifestando esta Agencia, el fenómeno por todos
conocido como la Primavera
Árabe no es simplemente, salvo en su superficie, un acontecimiento moderno y de
democracia, sino que esconde en su seno una cosa mucho más profunda y mayor que
la miopía, sea de los agentes occidentales afines a Obama y a Merkel, como de los
rusos del estilo de Salbuchi y Meyssan, les impide ver. La misma significaba el
repudio inmediato hacia el sistema de opresión al que tal civilización, como
por otro lado acontece con todas las demás, venía siendo sometida desde hacía
más de un siglo.
El mundo moderno ha instaurado un sistema materialista y consumista en
donde la economía y el confort es el destino del hombre, en donde la vida
representa la instancia excluyente en la que se estaría obligado a permanecer y
por lo tanto en donde lo sagrado y trascendente no solamente no ocupa lugar
alguno, sino que por el contrario debe ser permanentemente execrado como
superstición y opio, concebido como un impedimento y obstáculo para alcanzar la
‘felicidad’ y el bienestar vacuno que incesantemente se promete.
En su carácter obtuso y bestializado el hombre moderno, que vive
solamente en función de las apariencias, considera que en todo momento está
obligado a poner en evidencia que se trata de un ‘sujeto libre’, es decir un
ser que no se ajusta a límite ni norma alguna superior a él mismo, que todo lo
puede hacer y decidir principalmente porque no es ‘supersticioso’ y está
siempre dispuesto a ser ‘feliz’. En su condición de sujeto carenciado que
supone que tenemos que estar siempre pendientes de sus despliegues y
exhibiciones, tiene que mostrársenos constantemente, por los medios que hoy
tanto abundan, como una entidad que, en tanto no tiene escrúpulos morales ‘castradores’,
está dispuesta a cualquier tipo de destape que lo abarque todo, desde la esfera
sexual, hasta incluso la lingüística por lo que se convierte en un proferidor
de las palabrotas más soeces y groseras para llamar la atención y al mismo
tiempo nos conmina a que aceptemos como ‘arte’ a sus democráticas profanaciones
de todo valor sagrado y trascendente, a su burla respecto de cualquier
dimensión metafísica, en tanto que, como buen burgués masificado y gregario,
sólo puede aceptar la existencia de aquellas cosas que todos ven y palpan, no
así lo que en cambio sólo las aristocracias pueden percibir en forma directa.
Pues bien, en el contexto de tal situación de enfermedad y anomalía
afortunadamente hay hoy en día una civilización que ha mostrado no estar
dispuesta a padecer tales desplantes y agravios. El mundo islámico, a
diferencia de lo que lamentablemente acontece con nuestro universo cristiano
católico, no acepta que en nombre del ‘arte’ ni de la ‘libertad de expresión’ se
agravien sus creencias fundamentales, en pocas palabras no acepta que lo
sagrado tenga menos valor que los exabruptos proferidos por marionetas enfermas
y agitadas. Es por ello que, así como en su momento repudió obras
pretendidamente ‘literarias’ que agraviaban los sentimientos religiosos de la
comunidad, a historietas banales hechas en el reino de Dinamarca por las cuales
se hacían comercialmente burlas de la figura de Mahoma, hoy en día no puede
aceptar con mansedumbre y democráticamente que junto a impunes quemas públicas
de sus textos sagrados se propalen películas en donde se agravie a la propia
religión pintando a su profeta como un psicópata sexual.
En una muestra de una dignidad sin igual que, insistimos, no existe
desgraciadamente en nuestro medio, hemos presenciado manifestaciones
multitudinarias que comenzaron en Egipto y han terminado hasta en la misma
Indonesia atacándose las embajadas norteamericanas y europeas en Libia, Sudán,
Túnez y tantas otras, generando un verdadero polvorín cuyas secuelas serán
difíciles de anticipar en un breve análisis. Lo que sí que queremos hacer son
las siguientes reflexiones.
En distintos países católicos hemos presenciado profanaciones similares
o aun mayores de nuestra religión sin que no solamente no haya habido ni
remotamente manifestaciones populares en contra de tales hechos, sino que, lo
más increíble de todo, tampoco hemos escuchado a las autoridades religiosas
condenarlas de manera contundente.
En la República Argentina
hasta se ha dado el caso de un ‘artista plástico’ octogenario que se dio el
gusto de exhibir por todo el país una muestra con imágenes groseras y de mal
gusto, agraviantes respecto de Jesús y de la Virgen María , sin que recibiera
ningún repudio colectivo, sino que hasta fuera premiado por su carácter irreverente
y valeroso en tanto habría demostrado, a diferencia de otros más tímidos que él,
ser capaz de no ser vencido por el ‘autoritarismo’ y la ‘superstición’. Y esto
lo hemos visto además en otros países como el Perú en donde también y en un
tenor similar se agraviaron creencias de la religión precolombina.
Destaquemos también el hecho de que, simultáneamente a tales manifestaciones
multitudinarias relativas al agravio a la fe musulmana, en la sociedad
argentina, de la misma manera de lo que está sucediendo también en la europea,
se han sucedido protestas populares pero obviamente no porque se agravien cosas
del espíritu y lo sacro, sino por cuestiones de dinero y economía que afecta
los estómagos del carenciado mundo occidental y moderno.
Es de destacar también que el papa Benedicto no suspendió por tales
manifestaciones su viaje al Líbano, pero sin embargo no aprovechó tal
circunstancia para unir su condena a la profanación de la figura de Mahoma que
es solidaria con la que el occidente degradado efectúa de las grandes figuras
del catolicismo, sino por el contrario paradojalmente se dedicó a condenar ‘la
intolerancia fundamentalista y la violencia’, como si no hubiera sido mucho más
grave y violento el haber cometido tales acciones de profanación.
Por último señalemos que no es una circunstancia casual que tales
acontecimientos hayan acontecido justo cuando se cumplían los 11 años del hecho
fundacional que ha trastocado la historia universal. Justamente el 11S fue una
acción efectuada contra una sociedad materialista y profanadora de lo sacro.
Dicha fecha significó el cambio diametral en el eje de la historia por lo cual
la guerra dejó de ser entre naciones para convertirse en un conflicto entre
concepciones del mundo en donde por un lado se encuentran los modernos que
desean un mundo vacuno de materialismos incesantes y por otro las grandes
tradiciones expresadas socialmente a través de las religiones que por el
contrario ponen su acento en lo sagrado. En este caso el Islam ha sido la
religión que ha tomado la vanguardia, pero hay que esperar que el paso
siguiente sea dado también por las demás que son diariamente profanadas por el
mismo enemigo materialista.
Ese mismo día el nuevo líder de Al Qaeda ha llamado a concluir la
guerra en Siria para abatir al tirano Assad, principal sostén de Israel y los
EEUU en el Medio Oriente, pues de esta manera el paso siguiente habrá de ser
Jerusalén. Por supuesto que luego de tal comunicado ni Francia, ni Alemania, ni
los EEUU aceptaron enviar una sola arma para los rebeldes sirios. Han
comprendido que la primavera árabe es la antesala de la revolución
fundamentalista. Acotemos como corolario de lo que decimos que en varias
embajadas norteamericanas fue arrancada la bandera de tal país y hecha flamear
en cambio la negra de Al Qaeda y que en varios casos las multitudes corearon en
repudio a los EEUU de manera incesante el nombre de Osama.
Walter Preziosi
16/09/12
3 comentarios:
Interesante análisis.
Cabe destacar también que el presidente Putin - pese a todo lo que se le pueda criticar - actuó con severidad en defensa del cristianismo ortodoxo en su país: Las "Pussy Riot", mercenarias a sueldo del imperialismo cultural anglosajón, han sido castigadas, como corresponde, por profanar un templo Ortodoxo.
Que pena que en nuestro contexto católico nadie haga nada cuando se burlan de nuestra sagrada religión.
Atte. Patricio Lara
Sí está bien que se defiendan los valores religiosos pero en el caso de Putin, como en su momento aconteciera también con Stalin en la época de la invasión alemana de su país, tal medida es efectuada en función del fortalecimiento de su posición política. En este caso la religión y lo sagrado es utilizada a su servicio y no a la inversa tal como debería suceder en donde el gobernante oficiaba él mismo de pontífice en función de lo sacro.
La experiencia de Putin es lo que se conoce habitualmente como cesaropapismo.
Atte.
Su punto de vista sobre la guerra de civilizaciones entendida como dos concepciones de vida diametralmente opuestas me parece interesante pero lo que no llego a comprender del todo es el papel tradicional que en este caso cumpliría el fundamentalismo islámico representado por Al Qaeda. ¿Representan un Islam ortodoxo?
Digamos que tienen el coraje y la logística operativa para enfrentarse a las potencias materialistas de Occidente, y como ustedes mismos sostienen al parecer estarían ganando la guerra, pero más allá de ese ímpetu guerrero... ¿poseen también la exégesis esotérica necesaria para conservar la ortodoxia tradicional? ¿No son acaso una desviación del Islam ortodoxo?
Carlos
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