Golpe de estado en Brasil
UN HOMBRE QUE EN REALIDAD ES DE IZQUIERDA
El único que ha salido fortalecido del fallido y carnavalesco golpe de Estado acontecido en Brasil ha sido el presidente Lula que ha puesto en evidencia cómo Bolsonaro no es democrático a pesar de participar de tal sistema. Su pretendido distanciamiento respecto del hecho careció de cualquier grado de verosimilitud. Fue demasiado tarde luego del fracaso del intento. ¿Qué hubiera pasado si tenían éxito?
En realidad esto que ha sucedido sirve para mostrar cómo, a pesar de todas las las sandeces que dice la prensa vacuna al respecto, Bolsonaro no es un hombre de derecha pues si lo fuera no habría participado del juego democrático en tanto no tendría que haber aceptado el dogma de la soberanía del pueblo, es decir de lo inferior y carente. Y más aun, con este fallido intento se habría demostrado como un oportunista, es decir como alguien que acepta los resultados sólo si le salen bien. Y en este aspecto ha mostrado su carácter contrario al derecho y por lo tanto su asunción de una vía siniestra y retorcida como es lo propio de la izquierda.
Pero además resulta de izquierda por la asunción sionista y evangélica en tanto ha sido un notorio sostenedor de las iglesias más fanáticas y en consecuencia del sionismo israelí. Según el mismo hay un dios bueno que protege a su pueblo elegido actuando como una mano invisible que todo lo ordena en medio de los desórdenes y destrucciones que efectúa la especie humana. Así pues, junto a su fanática aceptación del liberalismo de mercado, cosa que comparte a su vez con figuras afines como Trump o Milei, reputa que no existe el cambio climático generado por el hombre, que las destrucciones ambientales como la producida por él en el Amazonas aniquilando un tercio del principal pulmón ecológico del planeta, forman parte de ese desorden necesario para el ordenamiento cósmico producido por Jeovah quien escribe la historia con renglones torcidos. Del mismo modo que fue un negacionista de la pandemia haciendo por lo tanto que su país estuviera en los primeros lugares por la cantidad de muertos por la enfermedad.
Un hombre de derecha no cree que existan fatalismos ni leyes que se le sobrepongan, sino que él mismo es dueño y señor de su destino. No se somete ni a los determinismos del mercado impuestos por Jeovah ni a los de la lucha de clases y de la economía de Carlos Marx. Todo depende de lo que el hombre haga y por ello los seres humanos no son iguales equivaliendo todos a un voto, sino diferenciados por el grado de libertad que posean y que aquel que es más libre de todos debe ser el que gobierne en vez del 'pueblo’, tratándose del caudillo o emperador.
CENTRO EVOLIANO DE AMÉRICA
El Bolsón, 9/01/23
No hay comentarios:
Publicar un comentario