miércoles, 13 de octubre de 2010

Declaración del Emirato Islámico de Afganistán en relación al fraudulento proceso de paz proclamado

Zul Qadah 04, 1431 A.H, miércoles, 13 de octubre de 2010

En nombre de Allah, el más caritativo, el más compasivo.
Hace algunos días, Washington Post brindó una información en base a un informe falso e infundado de que algunos oficiales de alto rango del Emirato Islámico, unas 15 personas, llevaron a cabo negociaciones secretas con el régimen de Kabul llevando instrucciones de la dirección del Emirato Islámico de Afganistán. Haciéndose eco de tal información diferentes medios del mundo divulgaron que las negociaciones entre la delegación del emirato islámico y los funcionarios del régimen de Kabul estaban en curso en el hotel de Serena en la Kabul capital.

El lunes pasado, el jefe del régimen de la marioneta de Kabul, Hamid Karzai, en una entrevista con la red americana de la TV, el CNN, repitió las rumores antes aludidos, diciendo que él había llevado a cabo negociaciones con las delegaciones del Emirato Islámico de Afganistán en los últimos meses y que el proceso todavía continuaba.

El Emirato Islámico de Afganistán, como en el pasado, refuta estas informaciones falsas y propaganda infundada y cree que la misma forma parte de una guerra psicologica del enemigo. El Emirato Islámico quiere poner en claro de nuevo que tal propaganda es proyectada y distribuida generalmente por los medios de comunicación. La realidad es que el enemigo nunca ha entrado en contacto con los líderes del emirato islámico, ni tampoco éste ha intentado establecer contactos con la dirección del emirato islámico de Afganistán.

El emirato islámico de Afganistán asegura a la gente de los musulmanes y de Mujahid de Afganistán y de todo el Ummah que el emirato islámico no aceptará ninguna clase de negociación o de alto el fuego con el enemigo invasor hasta tanto los invasores no se hayan retirado de Afganistán. El emirato islámico ha explicado siempre su postura constante con respecto a la negociación y contra la propaganda vana y trillada de los americanos y de sus sustitutos.

Si es que han ocurrido las negociaciones realmente, usted debe producir evidencias para probar la participación de los delegados del emirato islámico en la negociación. Pero si usted piensa que los números minúsculos de antiguos funcionarios del emirato islámico que se han entregado al enemigo son los representantes del emirato islámico o los que al principio fueron detenidos por usted y ahora están viviendo en Kabul bajo vigilancia son representantes del emirato islámico y usted los presenta generalmente para tal propósito en reuniones públicas, usted debe saber que no son los representantes del emirato islámico ni el emirato islámico les ha dado el permiso alguno para participar en estas reuniones o está autorizado para representar el emirato islámico de Afganistán.

Indicamos a la población de Mujahid de Afganistán al Mujahideen, a las vanguardias de las ciudadelas de la verdad, que deben tener confianza en su dirección y estar plenamente seguros de que su dirección no permitirá que nadie negocie con su sangre y sacrificios alcanzando ningún tipo de acuerdo clandestino con el enemigo.
Por lo tanto el emirato islámico informa nuevamente con respecto a su postura respecto del consejo de la paz constituido por el enemigo. Este emirato considera que todo esto se trata de un itnento por distraer la atención de la opinión pública respecto de la real situación de derrota que el enemigo está viviendo en Afganistán.
Una vez más ponemos en claro que la postura del emirato islámico es inequívoca y solamente llevará a cabo una negociación con el enemigo cuando cese su presencia militar en Afganistán, todo lo demás es una pérdida de tiempo. Discutir con quien nos está usurpando el territorio es dañoso para el logro de la meta de la independencia de Afganistán y del establecimiento de un gobierno islámico verdadero al dar legitimidad a la ocupación (militar) actual de Afganistán, siendo ello una deslealtad histórica con la gente de Mujahid de Afganistán y del país querido.

Si los invasores extranjeros y sus sustitutos locales quieren realmente salir de esta perdidosa guerra; si quieren salvar su reputación y concluir con la pesada carga económica sobre su hombro, deben poner fin a los sufrimientos de los afganos y terminar la guerra, después deben considerar el retiro de tropas extranjeras de Afganistán. Si el enemigo, por una parte, insiste prácticamente en la continuación de la guerra en los campos de batalla pero, por otra parte, disemina una falaz propaganda y demandas contradictorias sobre negociaciones de alto nivel, contribuirá solamente sobre todo a socavar aun más la propia credibilidad ante los ojos de los afganos y de la gente del mundo.

El Emirato Islámico de Afganistán

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