domingo, 10 de octubre de 2010

REPORTE DE LA AGENCIA INFORMATIVA KALI-YUGA- OCTUBRE 2010

SE VIENE EL CALIFATO


Retomamos nuestra reseña quincenal en este mes de octubre.
El eje actual sigue siendo la guerra de civilizaciones agudizada en los últimos tiempos por ciertas definiciones precisas que trataremos de señalar seguidamente.
En su reciente discurso en el Congreso norteamericano, en ocasión de rememorarse los hechos del 11S, Obama manifestó con meridiana claridad que la guerra hoy en día no es entre el Occidente y el Islam, o por simples intereses de dominio, sino la más vasta y precisa entre la ‘sociedad libre’ por él representada y el oscurantismo representado por el fundamentalismo islámico cuya cabeza se encuentra en Al Qaeda.
Es en el contexto de esta estrategia que pueden comprenderse los hechos siguientes.
Si de lo que se trata es de derrotar a dicha fuerza hay que desalojarla pues de su principal guarida que son las provincias del noroeste de Pakistán, las que a su vez alientan y alimentan la rebelión en el vecino Afganistán. Por lo tanto este último país no representa más el eje del conflicto, sino el vecino que, además por el hecho de tener la bomba atómica, se convierte en aun más peligroso en caso de caer definitivamente en manos de las huestes de Bin Laden. A esto debe también asociarse el reciente discurso de este último tras una larga ausencia de 6 meses hablando casi en exclusividad de la situación interna de tal país luego de la reciente catástrofe meteorológica que lo azotara. Es por tal razón que Obama se ha jugado con todo a terminar cuanto antes la guerra en Afganistán intentando vanamente dejarle el poder al núcleo más moderado de los talibanes a través de pretendidas negociaciones con sectores de tal movimiento totalmente irrepresentativos. La realidad es que el mismo responde plenamente a las indicaciones del Mullah Omar, pero como de lo que se trata es de mostrar voluntad dialoguista, se intentaría ver la posibilidad de que, a cambio de una salida de las fuerzas invasoras, Afganistán se retire del combate y deje las manos libres a los norteamericanos para dirigir el eje del conflicto hacia Pakistán. A esto se asocia la reciente remoción del principal consejero militar de Obama, el general James Jones, un conocido halcón del Pentágono, por el civil demócrata y conocida paloma Tom Donilon. Se sabe que las fuerzas de la ‘derecha’ norteamericana ven con malos ojos esta huída de Afganistán y en el momento en que se produzca se encargarán de achacarle a Obama ser un infiltrado de los intereses islamistas.
La realidad es que no solamente este último ha comprendido el problema en su verdadera dimensión, su gran aliado, el régimen de Putin en Rusia, ha tomado una decisión similar. Así como Obama para concentrar sus fuerzas en contra de Al Qaeda ha dispuesto abandonarlo a su aliado Karzai en Afganistán, Putin acaba de hacer lo mismo con su socio Ahmadinejad en Irán al negarle el envío de los vitales misiles S-300 indispensables para la defensa de sus instalaciones nucleares en caso de un ataque israelí. Lo insólito del hecho es que el contrato estaba ya firmado y se había pagado un anticipo, el cual acaba de ser devuelto. Esta decisión se funda en el hecho de que Rusia acaba de comprobar que el Emirato del Cáucaso, gobierno paralelo constituido en tal región ha manifestado en un documento secreto su intención de convertirse en una provincia del futuro Califato propuesto por Bin Laden, institución ésta de carácter imperial que pretende abarcar importantes regiones del África y del Asia. A pocos días de tal anuncio, el grupo somalí Al Shabaab, que controla la casi totalidad del país y a punto de hacerse del dominio de la ciudad de Mogadiscio, manifestó su subordinación al liderazgo de Bin Laden.
Al respecto queremos detenernos un poco en la figura de Ahminadejad. Este último, a pesar de sus diatribas en contra de los EEUU e Israel, ha resultado en la práctica sumamente funcional a tales intereses. Aquí nosotros queremos hacer alusión a su reciente alocución en la ONU asumiendo públicamente la tesis montajista respecto de los atentados del 11S manifestando puerilmente que los mismos le han servido a los EEUU para hallar justificativos en las invasiones de Irak y Afganistán. Queremos contestar lo siguiente. Primeramente que Norteamérica cuando ha querido invadir un país no ha necesitado previamente inventarse justificativos de tal magnitud e inconveniente que llegasen a poner en duda su prestigio en cuanto a potencia invulnerable. Que por ejemplo para invadir Panamá y arrestar a su presidente fue suficiente con una simple sospecha de narcotraficante que pesaba sobre él, la cual bien podía haber sido inventada. Que por otra parte el verdadero beneficiado por tales invasiones ha sido el mismo Ahmanidejad quien, gracias a las mismas, ha podido desembarazarse de dos importantes enemigos que tenía en sus fronteras, Saddam Hussein y los Talibanes, sustituyéndolos por dos gobiernos que les resultan afines como los de Maliki, que goza del beneplácito del Consejo Supremo chiíta con sede en Teherán, y el de Karzai. En diferentes oportunidades el gobierno norteamericano manifestó su agradecimiento a su par iraní por la ayuda prestada en ambas guerras y principalmente en los posteriores procesos de pacificación.
Ahora bien, si ello es así ¿por qué Irán es actualmente atacado internacionalmente y por qué Rusia lo ha dejado a merced de Israel? Ello por una razón muy sencilla, porque detrás de Ahminadejad se encuentra una revolución fundamentalista cuyos alcances trascienden al mismo líder aludido. Se ha sabido por denuncias efectuadas sea por los generales Odierno y Petraeus, al frente de las fuerzas yanquis en Irak y Afganistán, que sea los talibanes como Al Qaeda en Irak reciben ayuda desde Irán e incluso hasta se habla de milicias iraníes que estarían operando en tales países. Es que detrás de la retórica de Ahminadejad existe un movimiento que hunde sus raíces en el Ayatollah Khomeini y en el egipcio Qtub para los cuales Norteamérica y el mundo moderno representan el gran Satán al que hay que destruir. Ante este peligro por las dudas Putin ha comprendido que debe postergar sus intentos hegemónicos y estrechar filas.
He aquí pues los ejes centrales en que se está desencadenando la larga guerra de civilizaciones cuyos hechos más significativos hemos tratado de exponer aquí.

Walter Preziosi
10/10/10

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