domingo, 3 de junio de 2012


REPORTE ESPECIAL DE LA AGENCIA KALI-YUGA 

OBAMA, EL ASESINO SERIAL



La historia universal fijará su atención seguramente en la paradojal figura del primer presidente negro de los EEUU.
Utilizamos la palabra paradojal porque difícilmente haya existido nunca un personaje más fraudulento, simulador, más contrastante entre su discurso y la imagen que nos pinta de sí mismo y la realidad de los  hechos que  cotidianamente consuma.

a) La peculiar estrategia militar de Obama

Vayamos pues a esto último que es lo que realmente nos interesa. Obama se presentó ante la opinión pública mundial y de su propio país como un verdadero reformador en relación a las políticas catastróficas implementadas por su predecesor prometiendo a los cuatro vientos que iba a terminar con las guerras infames con las que George Bush había comprometido al mundo entero sumiéndolo en la peor crisis de toda su historia. Enfatizó especialmente en que iba a terminar con los procedimientos ilegales y clandestinos, como las cárceles secretas de la CIA, los operativos especiales violatorios de las soberanías nacionales efectuados de manera indiscriminada y en forma aluvional y sistemática. Y, lo principal de todo, como forma de hacer claramente ostensible tal cambio de visión manifestó que iba a cerrar esa emblemática prisión de la vergüenza que es la cárcel de Guantánamo en la cual, sin el debido proceso y por la mera circunstancia de ser musulmán y sospechoso de pertenecer a Al Qaeda, viven encerrados y torturados desde hace años decenas de personas de todos los países, raptadas de manera ilegal en el propio sin orden alguna de captura previa.
Fue justamente en razón de tales promesas y de tal discurso acompañado de melífluos alegatos por los derechos humanos y la paz universal, siempre dirigidos al mundo entero con una sonrisa ingenua acompañada de gestos estentóreos que en forma mímica pretendían hacernos recordar el pasado de oprobio vivido por su raza oprimida por siglos y dispuesta ahora a efectuar rectificaciones urgentes que impidiesen nuevas injusticias, que el mundo entero creyó ciegamente en su mensaje. Fue así que por tales impresiones ocasionadas la comunidad internacional le impuso de manera asombrosa, antes de que acometiera a cualquier acción de gobierno prometida, el galardón más alto que pueda recibir hoy en día un estadista como el premio Nobel de la Paz.
Pero veamos seguidamente cuál ha sido la ‘paz’ y la ‘justicia’ concretadas por el Sr. Obama en sus casi cuatro años de gestión.
Cuando su predecesor Bush se encontraba en el poder EEUU estaba haciendo solamente frente a dos guerras, la de Irak y la de Afganistán, en tanto que su meta era combatir al ‘terrorismo internacional’ al que no identificaba precisamente con una determinada organización, tratando de socavarlo en sus dos pretendidos aliados, el movimiento talibán y Saddam Hussein, respecto del cual, tal como explicáramos en otra oportunidad, en una hábil maniobra de contrainteligencia se lo había convencido de que iba a utilizar a kamikazes de Al Qaeda para atacar a los EEUU, cosa que luego se comprobó que era falsa. Y bien, con Obama no se terminaron las guerras, sino que lo que ha sucedido es que cambió la estrategia de manera radical. En primer lugar éste focalizó su objetivo de combate no en determinadas naciones que habrían podido secundar al ‘terrorismo internacional’ como instrumento de sus fines, sino que lo hizo esta vez directamente contra Al Qaeda al que reputó en forma abierta como el enemigo principal de los EEUU. Es decir éste dejaba ahora de ser el instrumento de otro para convertirse directamente en el promotor de la acción. Y esto tuvo que traer entonces modificaciones esenciales en la estrategia militar pues, al no ser la organización de Bin Laden un organismo nacional, sino transnacional cuya meta no se reduce a la `liberación` de un determinado territorio, sino a la restauración del antiguo califato islámico, la guerra ha debido así dejar de ser localizada en determinados espacios para convertirse ahora en un hecho universal. De este modo, a pesar de que Obama predique su retiro de todas las guerras, como la de Irak hace dos años y la de Afganistán que acontecería en corto plazo, de hecho esto no sucederá realmente, sino que por el contrario las guerras comenzarán cada vez más a expandirse en razón de que Al Qaeda sigue activo también en otros países. Así pues hemos tenido que desde que Obama ha asumido el poder una serie de guerras no declaradas se han estado desarrollando en países como Pakistán y Yemen en Asia y Somalia, Malí y Libia en el África, existiendo así la tendencia a la expansión ilimitada en tanto y cuanto se perciba algún peligro latente del accionar de Al Qaeda*.
Al respecto podemos referirnos específicamente a la reciente reunión de la OTAN efectuada en Chicago pero con la participación de 60 países, entre ellos Rusia y China. Antes de la misma el ruso Putin había manifestado públicamente que, en razón de que también él considera como Obama que Al Qaeda es el enemigo principal al que hay que combatir, resultaba apresurado el retiro propuesto por su par yanqui para el 2014, en tanto que el país distaba mucho de hallarse ‘normalizado’ y que la organización de Bin Laden operaba directamente en territorio afgano. Ante lo cual Obama lo tranquilizó diciendo que, si bien para esa fecha se efectuará el retiro, continuarán operando en la región ciertas fuerzas especiales.
Esto necesita de una nueva explicación. El cambio de estrategia de Obama exige nuevas tácticas de combate. Si el enemigo no es más una determinada nación, sino una fuerza irregular, ya no valen más los ejércitos regulares como antes hiciera Bush, sino el accionar de ciertos grupos especiales y armas sofisticadas antes nunca usadas en combates convencionales. Henos aquí que, para terminar con Al Qaeda, Obama ha acudido de manera regular al uso de los famosos drones o aviones sin piloto inteligentes que atacan directamente objetivos previamente localizados por espías infiltrados en las regiones en donde operaría la Red sembrando gran cantidad de muertes a su alrededor. Y en segundo lugar cuando se trata de un objetivo de mayor relevancia, con la finalidad de evitar posibles ‘errores’ cometidos por la máquina que siempre será inferior al hombre se envían a efectivos especiales para dar cuenta del enemigo avistado, tal como sucediera con el famoso operativo de Abbotabad que diera cuenta de Bin Laden. Ahora bien, este nuevo tipo de guerra, si bien tiene la ventaja de disminuir los ejércitos invasores y por lo tanto las bajas que se sufren así como otros gastos económicos importantes que conlleva el mantenimiento de una fuerza de ocupación, ha traído una serie de inconvenientes no menores. En primer término que debido a lo selectivo del hecho y al no tratarse de una guerra declarada los mismos deben hacerse en violación expresa de la soberanía de las naciones en donde tales operativos se realizan. En segundo lugar que en tanto Al Qaeda es una fuerza irregular cuyos integrantes conviven junto a sus mismas familias en lugares poblados, las bajas de civiles se han incrementado notoriamente, mucho más que en la época de Bush. Pero a esto debemos agregar ciertos hechos notorios recientemente revelados en una nota confidencial publicada en el New York Times. Debido al carácter sumamente delicado que asumen los operativos especiales, los mismos son supervisados por Obama en persona en reuniones que efectúa semanalmente en una oficina de la Casa Blanca con su consejo de asesores de seguridad. En las mismas el pacifista premiado por el Nobel resuelve quiénes serán las personas ‘enemigas de los EEUU’ desparramadas por el mundo que habrán de morir por representar un peligro para su seguridad. Y se ha dado esta peculiaridad curiosa, como los muertos civiles son muchos, pues en Pakistán por ejemplo (y ningún organismo de Derechos Humanos lo denuncia) son asesinadas de esta forma un promedio 300 personas semanalmente, entonces el procedimiento para disminuir las bajas civiles es considerar como bajas de militantes a todas las personas que tengan más de 18 años que es la edad propia del servicio militar. Pero su carácter de criminal no termina en este hecho inverosímil. Tal como dijimos quiso cerrar la cárcel de Guantánamo no para terminar con la tortura y la prisión ilegal sino porque no quiere que esto suceda en territorio norteamericano pues tal hecho conmueve sobremanera a la opinión pública votante. Para lo cual solicitó a otros países que acepten tener en sus cárceles a tales prisioneros con la condición de que en sus territorios puedan seguir siendo ‘interrogados’ por la CIA. Muy pocos aceptaron tal oferta, entonces la cárcel de Guantánamo no se pudo cerrar aunque se acota que desde que Obama está solamente incrementó su número en un prisionero. Ello ha sido no porque haya terminado la persecución de musulmanes reputados como malos, sino porque al no tener donde alojarlos era mucho más expeditiva su eliminación física. Obama ha llegado así a extremos que ni siquiera Bush se hubiese permitido. En Yemen había un ciudadano norteamericano convertido al Islam y adherente de Al Qaeda conocido como Al Awlaki. En tanto que por una infidencia se llegó a conocer su paradero, Obama procedió sin hesitar a enviar en su contra un drone que lo matara de manera instantánea violando así toda ley, la de los EEUU en tanto todo ciudadano de tal país exige un juicio previo así como una orden de detención antes de recibir una condena, en este caso la de muerte y la de Yemen en tanto la acción fue violatoria de la soberanía de tal país. Tal como vemos no existe el más mínimo escrúpulo moral y legal por parte de este verdadero delincuente internacional, premiado con un Nobel.

b) Los resultados de la guerra de Obama

Recuerdo tiempo atrás una nota de Marcos Ghio referida a otra negra, pero del gobierno de Bush, la famosa Condolezza Rice, quien de la misma manera de Obama se destacaba por un extremismo en sus decisiones militares que hacían palidecer al más conservador y racista de los norteamericanos. Para explicar tal hecho paradojal efectuado por una descendiente de libertos se formulaba la hipótesis psicológica de la compensación y la revancha. Mientras que por lo general las personas pertenecientes a una raza que ha padecido sufrimientos tienden a levantar banderas contrarias absolutamente a los principios por los cuales los mismos fueron originados, en otros casos, los menos, ciertos individuos de la misma asumen una actitud de revancha y compensación, quieren hacerle padecer a otros lo que ellos a través de sus ancestros han sufrido. De este modo es como, en vez de combatirlos, asumen en forma aun más extremista los principios antes mentados y se convierten en violentos compulsivos, aprovechando a su vez el engaño y el disimulo que en los otros produce su imagen muchas veces muy bien aprovechada como en el caso esta vez de Obama que además a todo ello asocia un discurso hipócrita de pacifismo y de defensa de derechos humanos.
Pero agreguemos a esto que la secuela necesaria de toda patología debe ser forzosamente el fracaso, tal como lo vemos hoy en las secuelas finales de esta guerra ilegal y tramposa implementada por Obama.
A pesar de que a través de su publicidad sustentada en los pretendidos éxitos de sus operativos especiales que entre otros dieran cuenta del líder de Al Qaeda, desde el punto de vista geográfico militar la situación es hoy en día mucho más catastrófica que en la época de su predecesor. Antes de Obama Al Qaeda luchaba en distintos países como fuerza que intentaba la conquista del poder, ahora en cambio ha logrado ya establecerse en territorios en donde abiertamente gobierna. Así tenemos que mientras que en Asia desde comienzos de este año, en el sur de Yemen se ha podido constituir el Emirato de Abiyan que ya controla el 20% del territorio de tal país habiendo instrumentado la Sharia, hace dos semanas en el norte de Malí, en África, se ha instaurado el Emirato de Awazad, cuya superficie es equivalente a la totalidad del territorio francés habiendo instaurado su capital en la ciudad santa de Tombuctú. Estos hechos que a su vez deben asociarse a las permanentes victorias del grupo talibán en Afganistán y Pakistán en estrecha asociación con el Haqqani, directamente ligado a Al Qaeda, contrastan notoriamente con el videojuego bélico que ha implementado nuestro negro personaje el que por supuesto, de acuerdo al infantilismo de su raza en decadencia extrema por su asociación al mesianismo angloyanqui, podrá sí entusiasmarse acudiendo a los efectos especiales holliwoodenses, pero nunca podrá ganar una guerra en serio en tanto que ni los drones, ni los grupos operativos le podrán ganar al arma imbatible que hoy tiene el fundamentalismo que es el kamikaze.


·    Esta situación de hecho por la cual Al Qaeda resulta ser la ‘excusa’ para atacar a un país ha continuado abonando la teoría de los famosos montajistas que siguen sosteniendo que de esta manera, al brindar ‘excusas’, tal organización es funcional a los EEUU. Sin embargo a esta altura del partido lo que se percibe es exactamente lo contrario: la verdadera funcionalidad a tal poder es justamente la ejercida en forma conciente o inconciente por tales personas las que, en aras de no ser brindadores de justificaciones, nos sugieren indirectamente la inacción y sumisión a tales poderes.

Walter Preziosi

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