REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALI-YUGA
SIRIA: EN DONDE LOS ASESINOS SON TODOS
Una vez más, al tratar sobre la situación siria, lo preferible es basarnos en lo que dicen sus protagonistas principales, en este caso los rebeldes de la heroica ciudad de Aleppo que resisten desde hace meses a la ofensiva de las fuerzas del tirano Assad, que a los sesudos informes de los ‘analistas internacionales’, encargados en su mayoría de confundir la situación en estricto cumplimiento de las órdenes dirigidas por sus mandantes.
Tal como esta agencia acaba de informarlo en el día de ayer los pobladores sublevados se quejan no solamente de los misiles rusos que les lanzan generosamente las fuerzas de Assad y ante los cuales carecen totalmente de defensas, sino principalmente de la labor hipócrita de los EEUU y sus Estados satélites de Europa que fingen estar ayudándolos pero lo hacen tan sólo de palabra, incluso con la finalidad oculta de sembrar el desprestigio contra quienes dicen apoyar y de esta manera permitirle al aludido tirano poder fungir de antiimperialista, pues además de ello, al contar con el apoyo de Irán, de esta manera quedaría muy claro por vía transitiva que también Israel tendría que estar a favor de los rebeldes.
“Si el presidente Obama además de sus incesantes peroratas a favor de los derechos humanos y de la democracia así como de sus condenas a Assad nos enviara al menos un cañón antiaéreo, entonces sí que estaríamos convencidos de que verdaderamente apoya a nuestra revolución”, manifestó el segundo jefe de la resistencia de la ciudad de Aleppo.
La verdad es que el movimiento rebelde nos muestra cómo todos los protagonistas en el fondo y por razones diferentes están de acuerdo en apoyar al régimen de Assad aunque por razones de conveniencia las posiciones que asuman puedan parecernos muy contrastantes entre sí. Rusia apoya a Assad porque sabe que en caso de triunfar los rebeldes debería desmantelar su única base marítima del Mediterráneo en el puerto de Tartus. Irán porque la familia Assad fue un aliado histórico aun en tiempo de la guerra contra Irak. Israel principalmente porque gracias a tal régimen nunca se intentó acción armada alguna para recuperar las alturas del Golán que le fueran arrebatadas a Siria en la famosa guerra de los seis días. Y Estados Unidos, por una razón compartida también con los anteriores Estados, porque teme que detrás de la caída de Assad puedan encaramarse grupos del estilo de Al Qaeda que radicalicen una postura antioccidental. De hecho está muy fresca la experiencia Libia. Obama y la Otan intervinieron ayudando a los rebeldes inutilizando la aviación de Gaddafi, pero lo que vino después era lo que este último había advertido oportuna y dramáticamente. Que Al Qaeda aprovecharía la ocasión para hacer su negocio en la región. De hecho luego de la caída de Gaddafi los grupos fundamentalistas, provistos de las armas sea de los occidentales como de las confiscadas a este último pudieron hacerse del poder en una zona equivalente geográficamente a más de la totalidad del territorio francés, la región norte de Malí, en donde se ha ya constituido el Emirato de Azawad.
En Egipto la reciente constitución de Al Qaeda en el Sinaí luego del triunfo electoral del movimiento de los Hermanos Musulmanes ha significado un gravísimo dolor de cabeza para Israel que, además de haberse visto privado del abastecimiento de gas por la voladora de los distintos gasoductos que pasan por esa región, ha visto recrudecer las acciones de guerra en su propio territorio. Etc.
Norteamérica sabe que la suerte de los tiranos está sellada pues las naciones árabes en donde el Islam es una fuerza espiritual que no ha podido aun ser anulada como en cambio ha acontecido con el cristianismo occidental o con el budismo oriental, lo único que le espera hacer es tratar de darle un rumbo ‘moderado’ a la revolución irreversible. Ante los sucesivos fracasos acontecidos en Egipto, Túnez y Libia, Obama acude ahora a la doctrina de los efectos retrasados. La misma consiste en permitir que Assad se vaya pero luego de haber podido descargar la totalidad de sus cartuchos en contra de la fuerza que se le contrapone. Se espera así que gracias a tal resistencia se debilite al máximo la fuerza de Al Qaeda que ha tomado la iniciativa también en esta rebelión. Supone pues que una continuidad ilimitada de tal situación traerá como resultado al menos el aniquilamiento de los mejores cuadros del grupo fundamentalista por lo que podrá entonces ser más fácil imponer en Siria un régimen democrático e inofensivo para sus intereses.
Ésta es pues la situación siria en donde los rebeldes no solamente tienen que luchar en contra de Assad, sino también contra los restantes poderes que se disputan la hegemonía en el planeta, en donde todos son pues por igual los asesinos.
Walter Preziosi
5/08/12
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