lunes, 23 de septiembre de 2013

PREZIOSI- SIRIA: LA GUERRA DE AL QAEDA CONTRA EL RESTO

REPORTE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS KALIYUGA (23/09/13)


SIRIA:
LA GUERRA DE AL QAEDA CONTRA EL RESTO (SIONISTAS, ATLANTISTAS , EUROASIÁTICOS)


La reciente crisis de las armas químicas en Siria ha puesto en evidencia ya en forma definitiva, salvo para los que no desean ver, quiénes son los protagonistas verdaderos en la actual guerra de civilizaciones desencadenada hace doce años.
Obama, un político de escasa habilidad y visión, estaba convencido de dos cosas. La primera de ellas era de que Al Qaeda, el principal enemigo que hoy tienen los EEUU, había quedado desbaratado definitivamente, en especial luego de que su líder fuera asesinado en el famoso operativo de Abbotabad. Por esta misma razón es que antes se había animado a una mayor intervención en Libia, aun a sabiendas de que allí estaba activa tal organización, y a acelerar el retiro de sus tropas en Afganistán, así como antes en Irak. A su vez, sintiéndose nuevamente en el papel del sheriff del planeta que habían tenido sus predecesores, le había dado indicaciones precisas al premier sirio Assad de que, si utilizaba armas químicas, iba a intervenir indefectiblemente en la guerra civil, siendo ésta su segunda convicción, en tanto que descartaba una vez más que en Siria pudiese tener algún valor significativo la presencia de Al Qaeda, que obligara a tener que utilizar tales armas prohibidas parecidas a aquellas a las que tuviera que acudir antes para exterminar a tal organización en Fallujah y en Kandahar.
Pero la cosa no fue así como pensaba. De la misma manera que con la muerte de Bin Laden no se detuvo el proceso de la jihad en el mundo islámico, sino que por el contrario se multiplicó, se produjo, con el desarrollo de la guerra civil siria, la presencia masiva y efectiva de Al Qaeda a través de diferentes organizaciones que juraban fidelidad a su nuevo jefe. Por lo cual tuvo que suspender abruptamente la promesa de enviar armamentos a los rebeldes a fin de emparejar la situación militar dejándolos de este modo a merced de las armas rusas que en cambio Assad había recibido en abundancia. Pero henos aquí que como el tirano sirio, a pesar de su fundamental superioridad militar y de haber incrementado su fuerza con columnas enteras de la guerrilla pro-iraní de Hezbollah, sin embargo no avanzaba en la resolución de la guerra civil que ya llevaba más de dos años, entonces resolvió utilizar parte de las armas químicas que poseía en sus arsenales. Suponía en tal decisión que Obama iba a hacer oídos sordos a cualquier reclamo al respecto puesto que su decisión sería coherente con la otra de no entregarles armas a los rebeldes, habiéndolas a su vez su gobierno utilizado para enfrentar a tal organización en Irak y Afganistán. Sin embargo Obama tenía que cumplir con una serie de requisitos antes de corroborar esta convicción de Assad. Debía previamente a ello, para una parte de la opinión pública modelada en la ideología de los derechos humanos, mostrarse que era un líder democrático y creyente fiel en tal religión, que como bien sabemos es una farsa hoy impuesta en el planeta para consumo de tantos crédulos. A su vez a la otra mitad de la opinión pública ‘antiimperialista’, pero no menos crédula y pajarona, debía enervarla con frases altisonantes relativas a sus deseos inauditos de intervención militar y dominio del planeta, los que bien sabemos nunca pueden hoy día llegar a consumarse en un imperio debilitado y herido tras una serie de guerras perdidas, justamente ante aquella misma organización que creía haber definitivamente desbaratado con un simple operativo de comandos. Esta otra mitad organizaría marchas, protestas por el mundo entero denunciando al ‘imperialismo’, aunque por supuesto a uno solo de ellos y casualmente denostando a esa misma organización contra el cual tal ente y otros similares, de los que hablaremos, también combaten; demostrando así de este modo su carácter de funcionales. Obama debía mostrarse pues simultáneamente pacifista con unos y belicista con otros. Pero una vez finalizada tal puesta en escena y tras haberse agotado la agitación de tales marionetas, fue fundamental la ayuda de su socio en disputa, el otro tirano ruso, también asesino de pueblos y utilizador consuetudinario de armas químicas (recordemos la masacre del teatro de Moscú), el histriónico Putin, quien como Obama tiene el mismo enemigo fundamental. Así pues, con la intención exclusiva de sacarle las castañas del fuego a su socio e impedirle así cumplir con su ‘promesa’, le propuso un ‘plan de paz’ consistente en la supresión de las armas químicas de Assad en un proceso que duraría con optimismo un par de años, lo suficiente como para que la guerra pudiese llegar a algún tipo de resolución favorable para éste.
Fue al respecto sugestiva la carta publicada para el pueblo norteamericano por parte del ex espía bolchevique en el principal matutino neoyorkino y reproducida por esta Agencia en su totalidad. En la misma se invita expresamente a repetir entre Rusia y Norteamérica la antigua alianza que se produjera en épocas de Stalin en contra del mismo enemigo que tienen aun ambos países; así como antes lo fuera en contra de los fascismos euroasiáticos, hoy por la presencia de Al Qaeda, muy acertadamente calificada por Bush como fascismo islámico, dicha lucha se continúa nuevamente por parte de las dos ‘democracias’. Es de recordar que también entonces, para terminar en forma contundente con los fascismos, se lanzaran dos bombas atómicas prohibidas, lo cual fue alborozadamente saludado por Rusia como ‘el lanzamiento de las bombas de la paz’, del mismo modo que los dos antecesores de Obama y Netanyahu, Bush y Sharon, saludaran en su momento el gaseamiento de 165 rehenes y 10 secuestradores por parte de Putin como una ‘valiente decisión’. Por lo cual es de imaginar íntimamente lo que deben estar pensando sea Putin como Obama respecto del gaseamiento producido por Assad en un barrio rebelde en el que habría habido integrantes de Al Qaeda. Así como Putin en su momento, para eliminar a 10 fascistas islámicos masacrara a 165 que en cambio no lo eran, Obama hace tal cosa semanalmente con unos 300 pakistaníes, yemenitas y somalíes en la certeza de que entre éstos hay al menos un 10% de execrables fascistas. Simultáneamente a ello, el aludido en la nota convoca también al sionismo a participar de tal cruzada con la expresa finalidad de preservar la existencia del Estado de Israel. Es decir que, de acuerdo a su óptica, en Siria se desarrollaría un capítulo fundamental de la lucha en contra del fascismo, el que si bien fuera derrotado en 1945 en la guerra mundial, hoy el mismo reaflora bajo la forma islámica y, al estar acompañado de una estructura religiosa y multitudinaria por la cual practica la jihad y el martirio kamikaze, representa un enemigo mucho más serio que antes y contra el cual debe combatirse con todos los medios al alcance. En esto Putin es de los dos políticos más realista que Obama y sus asesores, aun entre los sionistas. Por ejemplo el embajador de Israel en los EEUU, el Sr. Oren, refiriéndose a la guerra en Siria ha manifestado textualmente que considera que en el fondo es mejor que gane Al Qaeda antes que Irán, el otro aliado que hoy tienen los EEUU y Rusia en tal conflicto, y el Senador republicano Mc Cain ha estado de acuerdo a su vez con tal punto de vista. Su argumento es que si bien Irán sostiene la desaparición de Israel lo mismo que Al Qaeda, sin embargo la diferencia estriba en que al ser el primero un Estado, resulta ello mucho más peligroso que una fuerza transnacional. A lo que Putin le ha hecho saber con suma sagacidad y liderazgo que ello no es así. Que las nuevas autoridades de Irán tienen otra política respecto de Israel, pues así como ahora no niegan más el Holocausto como su predecesor, tampoco solicitan que desaparezca el Estado hebreo, sino simplemente que reconozca la existencia simultánea de uno palestino. Y lo principal de todo, se le hizo notar que una fuerza transnacional es más peligrosa que un Estado, pues si este último puede llegar a conciliar de acuerdo a sus intereses geopolíticos, la segunda en cambio no tiene nada que perder en una guerra.
Tal como vemos el enemigo afila sus espadas para un combate más seguro y contundente en contra de aquella fuerza única en el mundo que sostiene su impostergable disolución en tanto expresión cabal de un universo de máquinas, de masas y de seres sin Dios. Sin embargo, a pesar de todas estas puestas a punto, de todos los esfuerzos propagandísticos esbozados en el mundo entero *, Al Qaeda, a través de sus grupos afines, avanza y logra resultados contundentes. Luego de la alianza ruso-norteamericana-sionista, el movimiento rebelde ha dado ya sus espaldas a cualquier instancia democrática, secular y prooccidental como querían Obama y Europa, pues casi el 90% ha jurado fidelidad a las banderas de tal organización, en tanto ha visto en la misma efectividad y coherencia. Los resultados han sido altamente favorables en el plano militar. Varias localidades, entre ellas Aleppo, hoy están abiertamente en manos de la misma habiéndose desplazado a los sectores laicos. Es de esperar entonces que los bombardeos prometidos en contra de Assad se produzcan en los sucesivo en contra de Al Qaeda, esta vez con los eficientes drones, esos aviones inteligentes, que matarían guerrilleros y dejarían en cambio vivos a los campesinos… de acuerdo a la propaganda yanqui.

·        Casualmente en estos días en Brasil, se realiza un encuentro promovido por el asesor de Putin, Alejandro Dugin, y en el cual se pretenderá contrastar con el pensamiento evoliano promoviendo en cambio una parodia denominada cuarta teoría política, la que consiste en exaltar los valores de Eurasia. Pero aclaremos enseguida que no se trata de la de los fascismos, derrotada en la segunda guerra mundial, sino de la farsa creada por el Sr. Putin, justamente para seguir luchando en contra de esos mismos fascismos. Se pretende allí sustituirlos en cuanto a su legitimidad histórica por una nueva teoría política consistente en subordinarse a los intereses del imperialismo ruso, con la excusa de practicar la multipolaridad, verso éste ya conocido en la época de la Cortina de Hierro que concluyera con diferentes Estados y movimientos satélites de la gloriosa Unión Soviética. Se usa aquí como coartada de ello entre otras cosas argumentos banales, tales como la lucha que el tirano bolchevique estaría llevando a cabo en contra de los homosexuales en su propio país, no dándose cuenta de que, tal como dijera Evola, la homosexualidad antes de ser un fenómeno físico, es de carácter espiritual y consiste en una virilidad no autosuficiente que en forma femínea y desviada se subordina incondicionalmente a otro en vez de a sí mismo buscando allí donde justificarse y explicarse. 


Walter Preziosi

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