lunes, 18 de abril de 2011

REPORTE DE LA AGENCIA KALI-YUGA LAS PARADOJAS DE LA ACTUAL GUERRA DE LIBIA La semana que concluye nos ha traído las siguientes novedades. El frente de los buenos, es decir la OTAN con EEUU a la cabeza, se ha dividido en dos por razones tácticas. Por un lado se encuentran los duros que quieren terminar con Gaddaffi, a cuya cabeza hallamos a Francia e Inglaterra y por otro los blandos entre los cuales encontramos a Berlusconi en Italia, a España y Alemania en menor medida y con mayor firmeza a Rusia. Respecto de esta última posición ha sido justamente el español Aznar quien mejor la ha explicado. Gaddafi es un ‘líder extravagante’, ha dicho, pero es amigo de Occidente. “Debemos por lo tanto mantenerlo en el poder si no queremos que venga lo peor, es decir las huestes salafistas que responden a Al Qaeda”. Extraoficialmente se ha sabido que la cúpula de Israel comparte tal posición aunque ha preferido no hacerla pública para no comprometer la figura de Gaddafi ante el mundo árabe. Ahora bien ¿cuál es la postura de Obama? Podríamos decir que la misma representa una síntesis de las anteriores. El negro ha dicho que hay que sacarlo a Gaddafi, para de esta manera granjearse las simpatías de la izquierda progresista y democrática, pero no ha manifestado intenciones de efectuar la única medida seria que podría dar lugar a tal meta, como la de armar a los rebeldes y permitirles al menos defenderse. Es bien sabido -y la realidad lo ha demostrado en exceso- que la aviación solamente no puede detener al líder libio especialmente aconteciendo que éste no tiene escrúpulos en atacar escudado en la población civil. Entonces podríamos decir que Obama representa a las dos posturas enfrentadas en tanto que en el fondo las mismas concuerdan en lo esencial. Es verdad que Gaddafi favorece al Occidente, pero en tanto tiene el rechazo de un sector importante de la población, sería conveniente que fuese suplantado por otro de su misma línea pero sin los inconvenientes actuales. A su vez indudablemente las simpatías están puestas en la oposición, pero se teme que detrás de la misma pueda encontrarse al acecho Al Qaeda y de hecho hay varios indicios de que sería así. Por tal razón no resulta casual que sean Francia e Inglaterra, países de antigua tradición colonial en el Africa, los que hayan asumido la postura más dura en lo relativo a la guerra de Libia. La necesidad de intervenir militarmente es una excusa para estar presentes en un territorio en donde Al Qaeda se encuentra activo. De hecho se encuentra en Argelia y en todas las repúblicas que componen el ex Magreb francés, y por el lado sur, desde su cabecera en Somalia se está expandiendo hacia Uganda y Kenia, ex colonias inglesas. Esto sin descuidar a la también ex colonia británica Nigeria en donde actúa desde hace más de un año habiendo infiltrado el movimiento guerrillero de la Emancipación del Delta que ha logrado que varias empresas extranjeras como la Shell hayan suspendido sus actividades petroleras. La presencia oficializada -y ya no a través de brigadas clandestinas que actúan en el caso de Francia en Malí- daría motivos para llevar a cabo la verdadera guerra que, con la excusa de defender la democracia en Libia y expulsarlo a Gaddafi del poder, llevaría a cabo su objetivo verdadero que es evitar que el fundamentalismo islámico se fortalezca en el continente negro. De hecho recordemos que el grupo Al Shabaab que combate en Somalia en contra de la fuerza de la Unión Africana concentrada en Mogadiscio y con el respaldo de unidades móviles de distintos países que allí se encuentran con una excusa similar a la que aquí se presenta, combatir la piratería, ha manifestado en su momento que su meta es establecer un gran califato mundial que, partiendo desde el Africa, se extienda hacia los mismos EEUU. Por lo tanto, tal como decimos, las posiciones no son antitéticas sino que representan diferentes posibilidades tácticas a implementar en el transcurso de los mismos acontecimientos. Al respecto vale recordar aquí lo manifestado en su última alocución por Al Zawahiri indicando a sus huestes la actitud a asumir ante el entuerto libio. Ha dicho textualmente el egipcio: “Debemos combatir simultáneamente a la Otan y a Gaddafi, pues representan ambos dos caras de una misma moneda”. Indudablemente las dos posturas antes mencionadas comprendida en su síntesis superior representada por Obama significan una confirmación de lo dicho por Al Zawahiri. Walter Preziosi 17/04/11

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