REPORTE DE LA AGENCIA KALIYUGA (2/02/2011)
EGIPTO: MUBARAK NO ES BEN ALÍ
Torturador Soleimán: la nueva cara del régimen
El caso de Mubarak admite diferentes lecturas. En primer lugar desde el punto de vista político, independientemente de los intereses que éste representa, el egipcio demuestra una decisión que no tuvieron sus predecesores que padecieran revoluciones similares, como el Sha Palevi en Irán y Ben Alí en Túnez. Si estos últimos se dejaron amilanar por las rebeliones populares masivas dejando raudamente el poder en manos de otros, Mubarak, aun con la inmensa mayoría de la población en contra, no solamente se ha negado ha renunciar sino que ha doblado la apuesta. En primer lugar nombrándolo a Omar Soleimán como su vicepresidente ha ratificado su política pro-norteamericana y afín al régimen de Israel.
Es de recordar que Soleimán fue jefe de seguridad en la época en que se produjeron los atentados de las Torres y las invasiones a Afganistán e Irak. Se lo describe como un torturador compulsivo habiendo recibido unos 70 prisioneros capturados por los norteamericanos en la invasión al primer país, algunos de los cuales, debido a su importancia eran enviados directamente a las cárceles egipcias para que los hicieran confesar. Hay dos anécdotas famosas que lo pintan totalmente. En una oportunidad la CIA había matado a un miembro de Al Qaeda y como pensaba que podía tratarse de Al Zawahiri, en tanto sabían que Soleimán acababa de detener al hermano de éste, le pidieron si era posible hacerle un examen de Adn. A lo cual el egipcio contestó que si querían hacer las cosas rápidas, ya que la CIA contaba con mayores medios técnicos, les podía enviar un brazo para que lo analizaran. Pero lo más grave fue el interrogatorio al que sometiera al Sheik Al Libi, nº 3 de Al Qaeda, detenido también en Afganistán y al que lo interrogara especialmente por indicación de la CIA para que averiguara si era cierto que su organización complotaba con Saddam Hussein para atacar a los EEUU. Luego de un minucioso interrogatorio terminó confesando que preparaban la utilización de unas armas de destrucción masiva que iban a ser lanzadas por kamikazes de su organización en territorio yanqui. Es de destacar que este testimonio arrancado por tortura fue utilizado por Colin Powel en su famoso discurso en la ONU para justificar la invasión a Irak. Pero años más tarde Al Libi manifestó que tuvo que decir tal cosa debido a las terribles torturas a las que fue sometido. Es decir que Soleimán fue en gran medida responsable de la invasión norteamericana que produjera más de cuatro millones de muertos… por la democracia.
Tal como vemos un torturador es ahora el sustituto de Mubarak en caso de que éste se ausente y esto no significa otra cosa que una estereotipación de su política afín a Israel y no una proceso de apertura democrática tal como se dice con ingenuidad y que Obama, la cara buena del ogro yanqui, intenta justificar.
Asimismo con gran habilidad Mubarak ha organizado a grupos de matones para que ataquen a los manifestantes una vez que difundió en un discurso que no se iba a candidatear más. Esto último representa una total redundancia ya que mucho antes de todo este movimiento de protesta en su contra había manifestado que, al tener ya 82 años a cuestas, pensaba retirarse de la política dándole un lugar a su hijo mayor. En su discurso en ningún momento manifestó que el mismo no habría de candidatearse. El resultado de esta acción es que logrará con seguridad disminuir el número de los manifestantes en la próxima concentración que pensaba realizarse el viernes.
A lo cual debe decirse que para que esta revolución logre imponerse la Hermandad Islámica, que es el único sector organizado, debería gestar grupos de choque para que contrarresten a los que Mubarak ha lanzado en contra de los manifestantes. No van a ser las concentraciones pacíficas las que lo desplacen del poder, sino solamente un movimiento revolucionario decidido a dar cuenta con su sistema de subordinación a EEUU e Israel. Tales poderes fingen estar con la apertura democrática pero de hecho desean calurosamente que el sistema se perpetúe.
Walter Preziosi
Torturador Soleimán: la nueva cara del régimenEl caso de Mubarak admite diferentes lecturas. En primer lugar desde el punto de vista político, independientemente de los intereses que éste representa, el egipcio demuestra una decisión que no tuvieron sus predecesores que padecieran revoluciones similares, como el Sha Palevi en Irán y Ben Alí en Túnez. Si estos últimos se dejaron amilanar por las rebeliones populares masivas dejando raudamente el poder en manos de otros, Mubarak, aun con la inmensa mayoría de la población en contra, no solamente se ha negado ha renunciar sino que ha doblado la apuesta. En primer lugar nombrándolo a Omar Soleimán como su vicepresidente ha ratificado su política pro-norteamericana y afín al régimen de Israel.
Es de recordar que Soleimán fue jefe de seguridad en la época en que se produjeron los atentados de las Torres y las invasiones a Afganistán e Irak. Se lo describe como un torturador compulsivo habiendo recibido unos 70 prisioneros capturados por los norteamericanos en la invasión al primer país, algunos de los cuales, debido a su importancia eran enviados directamente a las cárceles egipcias para que los hicieran confesar. Hay dos anécdotas famosas que lo pintan totalmente. En una oportunidad la CIA había matado a un miembro de Al Qaeda y como pensaba que podía tratarse de Al Zawahiri, en tanto sabían que Soleimán acababa de detener al hermano de éste, le pidieron si era posible hacerle un examen de Adn. A lo cual el egipcio contestó que si querían hacer las cosas rápidas, ya que la CIA contaba con mayores medios técnicos, les podía enviar un brazo para que lo analizaran. Pero lo más grave fue el interrogatorio al que sometiera al Sheik Al Libi, nº 3 de Al Qaeda, detenido también en Afganistán y al que lo interrogara especialmente por indicación de la CIA para que averiguara si era cierto que su organización complotaba con Saddam Hussein para atacar a los EEUU. Luego de un minucioso interrogatorio terminó confesando que preparaban la utilización de unas armas de destrucción masiva que iban a ser lanzadas por kamikazes de su organización en territorio yanqui. Es de destacar que este testimonio arrancado por tortura fue utilizado por Colin Powel en su famoso discurso en la ONU para justificar la invasión a Irak. Pero años más tarde Al Libi manifestó que tuvo que decir tal cosa debido a las terribles torturas a las que fue sometido. Es decir que Soleimán fue en gran medida responsable de la invasión norteamericana que produjera más de cuatro millones de muertos… por la democracia.
Tal como vemos un torturador es ahora el sustituto de Mubarak en caso de que éste se ausente y esto no significa otra cosa que una estereotipación de su política afín a Israel y no una proceso de apertura democrática tal como se dice con ingenuidad y que Obama, la cara buena del ogro yanqui, intenta justificar.
Asimismo con gran habilidad Mubarak ha organizado a grupos de matones para que ataquen a los manifestantes una vez que difundió en un discurso que no se iba a candidatear más. Esto último representa una total redundancia ya que mucho antes de todo este movimiento de protesta en su contra había manifestado que, al tener ya 82 años a cuestas, pensaba retirarse de la política dándole un lugar a su hijo mayor. En su discurso en ningún momento manifestó que el mismo no habría de candidatearse. El resultado de esta acción es que logrará con seguridad disminuir el número de los manifestantes en la próxima concentración que pensaba realizarse el viernes.
A lo cual debe decirse que para que esta revolución logre imponerse la Hermandad Islámica, que es el único sector organizado, debería gestar grupos de choque para que contrarresten a los que Mubarak ha lanzado en contra de los manifestantes. No van a ser las concentraciones pacíficas las que lo desplacen del poder, sino solamente un movimiento revolucionario decidido a dar cuenta con su sistema de subordinación a EEUU e Israel. Tales poderes fingen estar con la apertura democrática pero de hecho desean calurosamente que el sistema se perpetúe.
Walter Preziosi
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